Tengo un pozo antiguo
con una tabla gris en los labios
negando su gesto obsceno
sin éxito
Me adentro en él cada vez
con la curiosidad que describieron
los bisnietos de aquel gato,
y no temo caer, ni lastimarme
Me ensucio
Lo que temo es
que mis diablos queridos
cuyos mordiscos reconozco
ya no me estén esperando
en el fondo