jueves, 9 de enero de 2014
Falsa verticalidad
Descalzo
en aristas de húmedo basalto
entrego a tu capricho
bofetadas de mi insignificancia
* * *
Corrientes tejidas a ras del ser
en el bosque de mi pelo
me estremecen al pensarte cerca
* * *
Huelo el tiempo de hongos y polvo,
cojín del recuerdo imperecedero
* * *
Mis ojos,
folladores de imágenes,
gestan sin interrupción
el semen que preña mis mejillas
* * *
Dame cuerda para que baile
frenético
estúpido
y rómpeme antes de empezar
* * *
Jugo de cada fruta
Sorpresa de cada bebé
Reflejo en cada gota
Dime dónde no estás tú
Hélices
Verde sépalo sostiene macizas máquinas de escribir rodeadas por madres que acunan bebés cuyos ojos de cerradura descubren la montaña rusa que se mira las caderas y agita el vientre en cosquillas robadas bajo el reclinatorio donde las losas de gelatina vertida por la seria comitiva mediante vacíos rituales descritos en huesos de galleta que caen del ficus infinito con la escalera de caracol rota por la jabonosa espuma que brota del hocico de los cocodrilos en estrella de nueve puntas en torno al único y verdadero significado del amor.
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