asumo como propia
la tarea de lamer tus ojos
recurrir al acto reverencial
de disipar la alergia que te atañe
arrastrando con mi lengua procaz
los restos de viejos naufragios
porque amanezco cada día
repleta de flores y risotadas
mientras una voz desde el umbral
pronuncia mi nombre con esmero
porque nada en ti es desdeñable
pequeño ser atormentado
y tengo el osado sentimiento
de estar finalmente en casa
(Ruth Prado)
(Ruth Prado)